
La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que se asocia a alteraciones en el sistema inmunológico, suele asociarse a un gran impacto negativo en el bienestar físico y emocional del paciente.
A parte de la piel, la psoriasis puede afectar a otras partes del cuerpo y asociar un mayor riesgo de padecer determinadas enfermedades: artropatía, infarto de miocardio, hígado graso, ansiedad y depresión entre otras.
La psoriasis actualmente no tiene curación, pero existen tratamientos como los que os voy a presentar que hacen realidad que el paciente pueda “olvidarse” de su enfermedad.
Como una imagen vale más que mil palabras os voy a mostrar imágenes de un paciente antes de iniciar un tratamiento biológico y tras unos meses de tratamiento.

¿Qué son los fármacos biológicos?
Son medicamentos sistémicos, creados mediante la tecnología de ADN recombinante. Van dirigidos contra citocinas o proteínas de superficie de los linfocitos, que actúan sobre los mecanismos que desarrollan la psoriasis. De esta forma evitan que la enfermedad se exprese.
¿Cuáles son los fármacos biológicos que existen en la actualidad para psoriasis?
En la actualidad tenemos 11 fármacos biológicos comercializados en Europa para el tratamiento de la psoriasis. Según su mecanismo de acción se subdividen en cuatro grupos:
- Tres inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa (TNF-alfa), que son: Infliximab, Etanercept, Adalimumab y certolizumab.
- Un inhibidor de la activación de linfocitos (IL-12 Y IL-23), que es Ustekinumab.
- Tres inhibidores de la activación de linfocitos (IL-17), que son: secukinumab, ixekizumab y brodalumab.
- Tres inhibidores de la activación de linfocitos (IL-23), que son: guselkumab, risankizumab y tildrakizumab.

¿Qué efectos secundarios se han observado en pacientes en tratamiento biológico?
Los fármacos biológicos son en general medicamentos bien tolerados y seguros. Tienen como principal efecto secundario molestias locales en el lugar de administración. Dado que estos fármacos tienen un efecto inmunosupresor, pueden favorecen la aparición de infecciones. Las infecciones bacterianas que se ven con más frecuencia son las urinarias y las respiratorias; y respecto a virus destacan las infecciones por herpes. Ademas existe un riesgo de reactivación de infecciones latentes, como la tuberculosis, por esta razón es imprescindible la detección de infección por tuberculosis u otras enfermedades infecciosas antes del inicio y durante el tratamiento.

El paciente cuyas imágenes habéis podido ver es uno de los que llevo más tiempo tratando. Ha pasado por 6 tratamientos biológicos diferentes.
La necesidad de cambiar de tratamiento biológico a lo largo de la vida del paciente es una realidad ya que aunque son fármacos muy eficaces para «silenciar» la enfermedad, esta trata de buscar vías inmunológicas diferentes para volver a dar la cara.
Afortunadamente, la investigación continua en el campo de la inmunología nos permite a los dermatólogos que cada vez tengamos nuevos fármacos para diferentes dianas inmunológicas.